(Faith and Trust - Bettie's Story)

Es maravilloso experimentar los milagros de Dios y tener grandes sentimientos acerca de Dios. Pero la fe duradera no viene por las espectaculares experiencias. Esa es una fe superficial. La fe duradera viene de confiar en Jesús cuando no vemos lo que él está haciendo. Es “la convicción de lo que no se ve” (He.11:1).

Quiero contarte acerca de una amiga mía llamada Bettie. Bettie creció en South Gate, California. Yo la conocí a ella y a su Hermana Merrie mientras trabajaban en una peluquería. Ellas se casaron muy jovencitas y ambas se divorciaron recientemente de sus esposos. Ellas fueron, definitivamente, dos de las personas más divertidas y participativas que yo he conocido. Betty era muy ingeniosa, siempre sabía cómo recuperarse. No hace falta decir que compartimos una profunda amistad que ha durado hasta hoy.

La vida de Bettie antes de conocerla no había sido tan maravillosa como uno lo esperaría, basándose en su optimistamente alegre personalidad. Siendo yo una inconversa, en ese tiempo no me había percatado de la inquebrantable fe y confianza de Bettie en su Salvador y Señor Jesucristo, tampoco de la tragedia que ella había vivido pocos años atrás. Esta es su historia.

Bettie se casó con Leo Hinds cuando ella tenía solamente 16 años. Ellos tuvieron dos hijos, Steven y Ricky; los chicos se llevaban un año de diferencia. Steven era un niño normal, saludable y activo, como cualquier otro niño normal puede ser. Ricky en cambio, no lo era, ------------, Ricky nació con una extraña forma de Esclerosis Múltiple. Impedido de poder caminar desde su nacimiento quedó confinado a estar en cama. Bettie tenía aproximadamente 18 años cando Ricky nació.

Reverente en su fe a Dios, Bettie enseño a sus hijos acerca del amor de Jesús, compartiéndoles historias bíblicas, orando con sus hijos, y nunca, en ningún momento, rindiéndose en buscar la gracia y amor de Nuestro Señor para poder atravesar ese tiempo en su vida como jovencita.

Ricky era divertido y un poco mimado, ¿cómo podríamos no mimar con amor a uno de nuestros hijos que hubiera nacido con una horrible enfermedad como esa y que nunca va a poder levantarse de esa cama? Una mañana, cuando la mamá de Ricky entró a s cuarto y él le dijo: “adivina qué, Jesús estuvo aquí ayer por la noche”. Bettie le contestó lo emocionante que debió ser soñar con Jesús, y le preguntó lo que le había dicho.

No, Mama, Jesús estuvo aquí en mi cuarto ayer por la noche, estaba parado justo aquí, junto a mi cama, hablando conmigo. Tratando de poner un poco de humor, Bettie preguntó: Está bien, ¿y qué dijo? Dijo que muy pronto me iba a levantar, caminar y jugar, así como los otros niños. Bettie le creyó a Ricky y guardo eso en su corazón. Lo que ella no sabía en ese momento era que Dios los estaba preparando a ella y a Ricky para lo que vendría. Ricky partió para estar con el Señor justo dos semanas después. El en verdad, está jugando y caminando junto a los otros niños bajo las protectoras alas de Nuestro Señor y Salvador.

Siete años después Bettie y Leo se divorciaron. El matrimonio llegó a su fin yo no sé por qué ------ si fue por nuestra juventud, o quizás debido a la tensión de haber perdido a Ricky.

Fue en este tiempo que conocía mis dos amigas. Yo también estaba recién divorciada, teníamos mucho en común en ese aspecto. Compartimos muchos buenos tiempos juntas.

Una noche Bettie conoció a un hombre qué luego se convertiría en su segundo esposo, su nombre era Bernie. Ellos fueron muy felices y por un buen tiempo tuvieron una vida bastante normal.

Bettie quedó embarazada de su tercer hijo y angelito, una hermosa niña. La llamaron Christine.

Ella era feliz y parecía saludable hasta que llegó casi a la edad de 4. Christine mostraba señales de que algo estaba mal. _Quizás es solo gripe, quizás alguna infección de la vejiga_. ¡Pero algo estaba mal! Christine fue diagnosticada con un tumor canceroso en el hígado. Cirugía, más quimioterapia para una niña de cuatro años, “¿Puede algo ser más doloroso que ver a tu hija sufrir y todo lo que quieres hacer es quitarle el dolor? _Dame el dolor a mí, Señor, déjame a mí atravesar esto en lugar de ella, por favor, déjala vivir y haz que termine esta pesadilla”_

Le hicieron Rayos X y resonancias magnéticas para examinar cuánto habían reducido el tumor.

¿Qué pasó con el tumor? Estaba ahí el otro día.

¿Cómo pudo desaparecer? Se preguntaban desconcertados los doctores.

Ahora, lo que había detrás de escena, fuera del alcance la constante atención de los médicos y especialistas, eran cristianos que doblaban sus rodillas pidiendo por sanidad. La ferviente oración de fe de un grupo de creyentes fue contestada.

Christine regresó a casa sana--------

Pero, no por mucho tiempo. El cáncer regreso, solo que esta vez en los plumones. Otra vez de regreso al hospital, al hospital de Los Ángeles, con un muy cuidadoso equipo de médicos y enfermeras. Ahí estaba la pequeña y dulce Christine atravesando de nuevo otra ronda de quimioterapia.

Amigos y parientes bien intencionados que habían pasado por el mismo horrible escenario trataban de confortar a Bettie. Para su sorpresa, Bettie comenzó a testificarles a ellos acerca del amor de Jesús y de cómo él la sostenía. Tal vez lo que te voy a contar no te sorprenda, pero después de hacerle Rayos X y algunos exámenes el tumor no pudo ser encontrado. Sí, Dios la había sanado de nuevo.

Christine tuvo que regresar a su casa. Era un milagro andante.

Para este tiempo, Bernie sentía que él no podía soportar más el problema de tener una hija con una enfermedad terminal--------Bernie quería que su matrimonio terminara.

Él ya había tomado esa decisión y estaba preparado para terminar con su relación. Un último viaje de cacería con sus amigos y estaría listo para irse. Cuando Bernie regresaba a casa en una solitaria autopista, su carro se salió de la carretera y volcó repetidas veces, causando que todos salieran disparados. Bernie sufrió heridas en la espina dorsal paralizándolo de la cintura para abajo.

Bernie decidió quedarse en su matrimonio después de todo esto.

Aquí tenemos a Bettie con una niña, aparentemente moribunda y con un esposo forzado a quedarse en casa. ¿Podría haberse sentido más sola y menospreciada que nunca?

Desearía poder decir que Christine fue finalmente sanada, pero no fue así. La batalla contra el cáncer se prolongó durante cuatro años, teniendo la continua sanidad por parte de Dios y el cáncer reincidiendo en diferentes partes de su cuerpo.

Las oraciones de Mamá y Papá fueron contestadas vez, tras vez, --------------------------------- la última oración fue esta: Dios Padre, tú has contestado fielmente cada una de nuestras oraciones durante todos estos años. Amamos a nuestra pequeñita y no queremos perderla. Pero nosotros no habíamos considerado que tú la quieres también. Tú sabías que esto iba a continuar y que Christine iba a seguir sufriendo --------- así que, en este momento te entregamos a nuestra pequeñita. Christine murió poco después de que ellos hicieran esta oración y fue a estar en los amorosos brazos de Nuestro Dios y Padre.

Yo estoy convencida de que Dios permitió que todo esto sucediera a todos los involucrados. Y todos aquellos que escuchen la historia Bettie y Christine puedan saber que hay un Dios en el cielo que nos ama y que está listo para sanar nuestros corazones rotos y vendar nuestras heridas; un Dios amoroso que responde las oraciones de nuestros corazones y labios que son elevadas hasta las puertas del cielo, directamente al Trono del Nuestros Rey.

Bettie y Bernie se mudaron a Santa Rosa, California donde abrieron un negocio disfrutando de la vida. Una tarde, Bettie se encontró para comer con una amiga. En el restaurante sufrió un aneurisma cerebral y murió a los 54 años de edad. ¿Me pregunto quién la estaba esperando en el Cielo cuando ella llegó allá?

¿Ves algunas similitudes entre la vida de Bettie y la de Job? Yo sí.

Job preguntó: ¿Quién podrá contender contra Dios y tener paz? Bettie se pudo haber preguntado ¿Por qué yo, Dios? Pienso que todos nosotros en algún momento hemos hecho la misma pregunta.

Varias veces probada y nunca perdió la fe en Jesús. Hasta el final de su vida, ella estuvo enseñando una clase de escuela dominical en la Iglesia a la que asistía, siendo fiel en su servicio a Nuestro Señor Jesucristo.

Como toda una mujer de fe, guarda la Escritura en tu corazón y en tu mente. Isaías 41:9-10 “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.”

Warren Wiersbe escribió: “Cuando los problemas vengan a nuestra vida, podemos hacer una de tres cosas: aguantar, escapar o usarlas a nuestro favor. Si solamente aguantamos durante la prueba, entonces ella se convertirá en nuestro amo; y tendremos la tendencia de volvernos duros y amargados. Si tratamos de escaparnos de las pruebas, probablemente nunca entenderemos el propósito que Dios quería lograr en nuestra vida. Pero si las usamos a nuestro favor, ellas entonces se convertirán en nuestros siervos, en lugar de nuestros amos y trabajarán para nosotros; y Dios hará que “todas las cosas les ayudan a bien” para Su gloria. Romanos 8:28