Abran Su Biblia al Evangelio de Lucas 12:13-31

Empecemos en Oración

Si el dinero es la medida del corazón, entonces la encuesta que les voy a dar revela que el dinero está en el corazón de mucha gente. Esta encuesta se llevó a cabo en varias ciudades del país, y la pregunta era: ¿Que harías a cambio de diez millones de dólares? Aquí va la respuesta.

25 por ciento abandonarían a su familia. 25 por ciento abandonarían a su iglesia. 23 por ciento se volverían prostitutas por una semana. 16 por ciento dejarían a su esposo ó esposa. 13 por ciento pondrían a sus hijos en adopción.

Pero lo más increíble de todo-- es que -- por diez millones de dólares, la mayoría haría algo. Dos tercios de los que fueron encuestados estarían dispuestos a hacer UNA – O TAL VEZ, VARIAS – de estas opciones.

Jesús tiene una palabra para esto: CODICIA. Y también nos da la definición. La CODICIA es la práctica de medir la vida por las posesiones que tenemos. La CODICIA equivale El Valor de una Persona con El Dinero de esa Persona.

Si tienes mucho – Vales mucho Si tienes poco – Vales poco

La consecuencia de esta filosofía es predecible. Si eres la suma de todo lo que tienes, entonces por supuesto, tenlo todo. ¡Ningún precio es muy alto! ¡Ningún pago es demasiado elevado!

Pero la CODICIA es relativa. La CODICIA no se mide por lo que cuesta algo. Se mide por lo que te cuesta a ti. Si algo te cuesta tu fe o tu familia, el precio es demasiado alto.

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PAUSA

El título de este mensaje es “La Tiranía por Tener Cosas.” Y es la Parábola del Rico Insensato. En este pasaje, Jesús nos advierte acerca de DOS PROBLEMAS… Y LUEGO NOS DA EL REMEDIO…

¿Y cuáles son estos problemas? (I) LA CODICIA SALE CARA, (II) LA PREOCUPACION SALE CARA. Y TERCERO… ¿CUAL ES EL REMEDIO? (III) DIOS PRIMERO… SATISFACE.

En este capítulo, miles de personas estaban reunidas alrededor de Jesús. Sin embargo, El le estaba hablando solo a Sus discípulos… pero dejando que la multitud alcanzara a escuchar. Este es un capítulo de advertencias y aliento.

ASI QUE COMENCEMOS CON LA PRIMERA ADVERTENCIA QUE JESUS NOS HACE EN ESTE PASAJE…

I. LA CODICIA SALE CARA (Lucas 12:13:21)

13 “Uno de entre la multitud le pidió: -- Maestro, dile a mi hermano que comparta la herencia conmigo. -- Hombre – replicó Jesús -- ¿quién me nombró a mí juez o árbitro entre ustedes? ¡Tengan cuidado! – advirtió a la gente --.

Absténganse de toda avaricia; la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes.

En ese momento, un hombre entre la multitud, interrumpe a Jesús y le pide que resuelva un problema familiar. Rabinos podían ayudar a resolver asuntos legales, pero Jesús se niega a involucrarse en esto. ¿Por qué?

Porque El sabía que cualquier respuesta que diera NO RESOLVERIA el verdadero problema de estos dos hermanos, que era la CODICIA en sus corazones. Mientras que estos hombres fueran codiciosos, ningún arreglo podría ser satisfactorio. Su necesidad más grande era que sus corazones fueran cambiados.

Como mucha gente de nuestro mundo moderno, ellos querían que Jesús hiciera algo por ELLOS… NO ELLOS hacer algo por El.

León Morris dijo que Jesús vino a traer hombres a Dios, NO propiedades al hombre. Jesús nos muestra la CODICIA en el corazón de este hombre.

La vida es mucho más que cosas materiales. Nuestra relación con Dios es mucho más importante.

CUANDO le traemos a Dios nuestros problemas en oración, generalmente EL nos enseña como debemos de cambiar y crecer en nuestra actitud acerca de este problema.

Jesús dice, “Absténganse de toda avaricia; la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes.” El mensaje de Jesús es muy claro. No nos está hablando de una posibilidad abstracta o teórica.

Jesús considera la CODICIA, no solo un pecado, sino un pecado grave, aunque sea sutil. Algunos pecados son fáciles de reconocer, y los cristianos los calificamos rápidamente como malos, y condenamos cualquier participación en ellos.

Muy rara vez vemos la CODICIA como un pecado terrible. Sin embargo, Jesús NUNCA nos habla del adulterio o la borrachera, en términos tan dramáticos, como los que usa aquí, contra la CODICIA.

La CODICIA es una sed insaciable por tener, más y más, algo, que creemos que necesitamos, para ser felices. Puede que sea la sed por tener dinero, o la sed por tener las cosas que el dinero puede comprar. Jesús nos dice que evitemos “La Tiranía por Tener Cosas.”

Una vez Mark Twain definió la palabra “civilización” como la multiplicación ilimitada de cosas innecesarias.

Jesús nos dice claramente que la “Verdadera Vida” no depende de la abundancia de nuestras posesiones.

Pablo le dice a Timoteo en 1 de Timoteo 6:17, “A los ricos de este mundo, mándalos que no sean arrogantes ni pongan su esperanza en las riquezas, que son tan inseguras. Sino en Dios, que nos provee de todo en abundancia para que lo disfrutemos.”

Muchas veces pensamos que esta admonición de Pablo no nos concierne… que solo concierne a los “ricos y famosos.” Pero Jesús nos dice que la Buena Vida no tiene nada que ver con la cantidad de plata que tengas. Así que estate alerta contra la CODICIA.

Jesús nos enseña, que nos concentremos en la Verdadera Buena Vida –que es tener una relación íntima con Dios… y hacer Su obra.

Esto es totalmente opuesto a lo que nuestra sociedad dice. Las agencias publicitarias gastan millones de dólares para tentarnos… Que si compramos más de sus productos, seremos más felices, estaremos más realizadas, y más cómodas.

¿Cómo responderías tú a este bombardeo constante a que compres? Aprende a de- sintonizar esas tentaciones. ¡Yo se que es difícil! A mí me mandan todos los días catálogos maravillosos con cosas lindas que me encantaría tener. ¡Y tenerlas ya!

Y el lema publicitario es, “¡Lo tienes que tener… es la última moda!” Esto no quiere decir que no podemos tener cosas lindas. Simplemente significa que debemos de ser prudentes… buenas administradoras del dinero que Dios nos da.

Si estás tentada a sacar tu tarjeta de crédito, cuando ya has llegado a tu límite, o estás cerca de él, es tiempo de decir “NO” a lo que quieres. En realidad, ha debido de ser “NO” hace mucho tiempo.

Esto me recuerda a Imelda Marcos y sus famosos tres mil pares de zapatos. En los días que siguieron a su vuelo de las Filipinas con su esposo, que había sido depuesto, revelaciones acerca de sus zapatos hicieron de su nombre (Imelda Marcos) “UN SINONIMO DE CODICIA.”

¡Realmente! ¿Que puede hacer una mujer con tres mil pares de zapatos? A mí me encantan los zapatos, ¿pero tres mil pares? ¿Adonde los pones? Aún si te cambiaras de zapatos 8 veces al día, todos los días, por 365 días, no podrías ponerte tres mil pares de zapatos en un año.

Sin embargo, el síndrome de Imelda Marcos funciona a través de todos los niveles sociales y económicos.

¿Y pueden creer que hoy en día hay un museo en las Filipinas en honor a los zapatos de Imelda? Ahora Imelda es considerada la mejor coleccionista de zapatos del mundo. Así que la CODICIA ha sido re-definida. Ahora la llaman COLECCIONISTA. Sin embargo, no comprenderemos el verdadero sentido de la CODICIA, si la vemos simplemente como una cuestión de cantidad, y no de actitud. Los más pobres pueden ser los más codiciosos, mientras que los más ricos pueden evitar la CODICIA.

Pero el peligro de las posesiones es que, frecuentemente, incitan el deseo a tener más. La CODICIA es, en realidad, idolatría.

Colosenses 3:5 dice, “Por lo tanto, hagan morir todo lo que es propio de la naturaleza terrenal: inmoralidad sexual, impureza, bajas pasiones, malos deseos y AVARICIA o CODICIA, la cual es idolatría.”

Clovis Chappell escribió la siguiente historia en su Libro de Sermones: “Las Caras Femeninas:” Cuando la ciudad de Pompeya fue excavada en 1748, encontraron un cuerpo de mujer que había sido preservado por las cenizas del volcán Vesubio, cuando este erupcionó.

Sus pies estaban mirando hacia el portón de la ciudad, pero su cara estaba volteada mirando hacia atrás, en dirección a algo que yacía más allá de su mano extendida.

El tesoro, que sus dedos tiesos habían tratado de alcanzar, era una bolsa de perlas. Tal vez se le habían caído a ella misma mientras corría por su vida. O tal vez, las había visto en el lugar donde otra persona las había perdido.

De cualquier forma, a pesar de que la muerte estaba a sus talones, y que su vida dependía de que saliera de la ciudad a toda velocidad, la mujer no había podido desprenderse del hechizo de esas perlas. Se había volteado para recogerlas, y la muerte había sido su recompensa.

Pero no fue la erupción del volcán que hizo que ella deseara esas perlas más que a su vida… la erupción simplemente preservó SU ACTITUD de CODICIA.

Esta vida NO SE TRATA SOLO de cosas materiales. Por alguna razón, nosotros pensamos que la vida SI consiste de la abundancia de bienes y posesiones. Mucha gente trata constantemente de amasar más y más dinero, pensando que cuando lleguen a cierta meta económica, encontrarán satisfacción y contentamiento. La realidad es que “las cosas materiales” no nos llenan totalmente… no satisfacen lo más profundo de nuestros corazones.

Yo me acuerdo hace años, realmente hace más de 30 años, que yo ganaba $25,000 al año. En esa época, $25,000 no era necesariamente una bicoca. Pero para mí, no era suficiente. Yo quería las cosas bellas de la vida.

Por otro lado, mi jefe ganaba el doble de lo que yo ganaba. El era el vicepresidente de ventas. Así que pensé, “Si yo pudiera ganar lo que mi jefe gana… si pudiera llegar a $50,000 al año, consideraría que he arribado.

Cuando llegué a esa cantidad poco después, no sentí que había logrado mucho. Yo quería más. Y cuando volví a doblar esa otra cantidad, dos años después, todavía no sentía que había arribado… La CODICIA es insaciable… nunca se llena.

16 “Entonces [Jesús] le contó esta parábola; -- El terreno de un hombre rico le produjo una buena cosecha. Así que se puso a pensar, “¿Qué voy a hacer? No tengo dónde almacenar mi cosecha.” Por fin dijo: “Ya sé lo que voy a hacer:

Derribaré mis graneros y construiré otros más grandes, donde pueda almacenar todo mi grano y mis bienes. Y diré: Alma mía, ya tienes bastantes cosas buenas guardadas para muchos años. Descansa, come, bebe y goza de la vida.”

Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche te van a reclamar la vida. ¿Y quién se quedará con lo que has acumulado?” Así le sucede al que acumula riquezas para sí mismo, en vez de ser rico delante de Dios.

Jesús contó esta parábola para revelar los peligros que acechan a un corazón codicioso. Así que examina tu corazón. ¿Cómo reaccionarías al dilema del hombre rico? Aquí tienes a un hombre que tenía un problema con su gran fortuna.

Si decimos, “Uy, como me gustaría tener ese problema,” a lo mejor estamos revelando CODICIA en nuestros corazones. Ž Si de repente heredaras una gran fortuna, ¿que harías? ¿Alabarías a Dios, y le preguntarías lo que El quisiera hacer con ella?

En Proverbios 30:8-9, el autor le ora a Dios diciendo: “Aleja de mí falsedad y la mentira; no me des pobreza ni riquezas sino sólo el pan de cada día. Porque teniendo mucho, podría desconocerte y decir: “¿Y quien es el SEÑOR?” y teniendo poco, podría llegar a robar y deshonrar así el nombre de mi Dios.”

Cuando hay prosperidad, también hay riesgos. El dinero puede asfixiar la Palabra de Dios, creando trampas y tentaciones, dándote un sentido de seguridad falsa. La gente que está satisfecha, solo con las cosas que el dinero puede comprar, está en peligro de perder las cosas que el dinero no puede comprar.

Este hacendado vio su fortuna como una oportunidad para darse gusto. El no pensó en otros, ni en Dios. EL ERA CODICIOSO…

PAUSA

¿Cómo responderías a la decisión del hombre rico? Dirías: “¡Buen trabajo! Ahórralo todo para el futuro.” Pero Jesús vio egoísmo en todo lo que este hombre hacía, y para remate, Dios lo llamó ¡NECIO!

El hombre rico de esta historia murió antes de poder gozar de su gran fortuna. Planear para el retiro – prepararnos para la vida antes de la muerte – es muy sabio -- pero descuidar la vida después de la muerte, es una tragedia.

Si tú acumulas dinero solo para enriquecerte, sin preocuparte de ayudar a otros, entrarás a la eternidad con las manos vacías. La filosofía del mundo es: “¡Protégete a ti misma! ¡Tú eres No. 1!” ► Pero Jesús no aprueba esta filosofía.

No hay nada de malo con ser una buena mujer de negocios, o de ahorrar para el futuro. Al contrario, 1 de Timoteo 5:8 dice: “El que no provee para los suyos, y sobre todo para los de su propia casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo.”

Jesús no fomenta el desperdicio… Pero tampoco fomenta el egoísmo motivado por la CODICIA...

¿Cómo responderías a los deseos de este hacendado? Dirías: ¡Qué buena vida! Este hombre tiene éxito, satisfacción y seguridad. ¿Qué más puede pedir? Pero Jesús no ve a este hombre gozando de la vida. Lo ve enfrentándose a la muerte.

El dinero no nos mantendrá vivas cuando nos llegue la hora de morir, ni nos comprará de nuevo las oportunidades perdidas, mientras pensábamos solo en nosotras mismas, ignorando a Dios y a otros.

El 11 de Marzo de 1856, Enrique David Thoreau escribió en su diario, “Un hombre es de lo más rico, cuando sus placeres son los más baratos.” También dijo, “Un hombre es rico en proporción a la cantidad de cosas que puede dejar de lado.”

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Y San Agustín nos recuerda que “No se trata de posesiones, sino de deseo. Un hombre puede tener mucho dinero y no tener codicia, mientras que otro puede, no tener dinero, pero tener codicia.”

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En esta parábola, Dios llama a este rico hacendado ¡NECIO! Pero lo más increíble de todo, es que la persona que Dios llama ¡NECIO! nosotros, generalmente, llamamos UN ÉXITO… una persona que merece ser envidiada.

PAUSA Y finalmente, ¿cómo responderías a la muerte de este hacendado palangana? Tenemos la tendencia a decir: “Que pena que se murió el tipo justo cuando todo le estaba yendo tan bien. Que pena que no pudo terminar su gran obra.”

Pero la tragedia más grande NO ES lo que dejó atrás, sino lo que tenía por delante= LA ETERNIDAD SIN DIOS. Este hombre vivió sin Dios y murió sin Dios. Y su fortuna fue simplemente un incidente en su vida. ¡A Dios no le impresiona nuestro dinero!

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¿Y qué significa ser rico delante de Dios? Significa reconocer con agradecimiento que todo viene de Dios. Y luego, usar todo lo que El nos da, no solo para nuestro propio bienestar, sino para el bienestar de otros, y la gloria de Dios.

Ser rico delante de Dios significa enriquecimiento espiritual, no simplemente, placer personal. Que trágico cuando la gente es rica en este mundo, pero pobre en el mundo por venir.

Todo lo que tienes LO TENDRAS QUE DEJAR algún día. Es tuyo para usarlo ahora, o mal usarlo. Pero algún día dejará de ser tuyo, y tendrás que presentarte ante Dios, que es tu Creador. ¿Cómo comparecerás en aquel día?

¿Comparecerás cómo una mujer que puso a Dios primero, y por consiguiente, viste las riquezas como un regalo de Dios para se usadas para Su obra. O serás como muchas, que se vendieron a los bienes materiales, con exclusión a todo lo demás, y que han muerto sin la esperanza de salvación.

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ASI QUE… HEMOS VISTO QUE LA CODICIA SALE CARA, AHORA VEAMOS LA SEGUNDA ADVERTENCIA QUE JESUS NOS HACE…

II. LA PREOCUPACION SALE CARA (Lucas 12:22-30)

22 “Luego dijo Jesús a sus discípulos: Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán; ni por su cuerpo, con qué se vestirán. La vida tiene más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa.

Fíjense en los cuervos: no siembran ni cosechan, ni tienen almacén ni granero; sin embargo, Dios los alimenta. ¡Cuánto más valen ustedes que las aves! Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, ¿puede añadir una sola hora al curso de su vida?

Ya que no pueden hacer algo tan insignificante, ¿por qué se preocupan por lo demás? Fíjense como crecen los lirios. No trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos.

Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¡cuánto más hará por ustedes, gente de poca fe! Así que no se afanen por lo que han de comer o beber; dejen de atormentarse.

El mundo pagano anda tras todas estas cosas, pero el Padre sabe que ustedes las necesitan.”

La preocupación nos da (1) Una perspectiva equivocada de la vida; (2) Una perspectiva equivocada de la preocupación en si, y (3) Una perspectiva equivocada de Dios. La preocupación nos hace creer que la vida es solo lo que comemos y lo que nos ponemos.

La preocupación nos ciega al mundo que nos rodea, y a la forma como Dios cuida de Su creación.

Dios hace a las flores lindas, y hasta le da de comer a los cuervos, que son tan sucios, y que no tienen la habilidad de plantar o cosechar. Con mayor razón cuidará de nosotros, que nos ha dado la habilidad de trabajar.

Jesús no estaba sugiriendo que NO hiciéramos nada, ni que nos sentáramos a rascarnos la panza esperando que Dios nos alimente. ¡NO! Los pájaros trabajan duro para sobrevivir.

Más bien, lo que Dios quiere es que confiemos en El, y cooperemos con El, usando las habilidades y oportunidades que El nos da.

Pero la preocupación también nos ciega… A veces creemos que la preocupación logra cosas buenas en nuestra vida. Pero en vez de añadir a nuestra vida, la preocupación nos quita vida.

Si te andas preocupando por todo, puedes terminar en el hospital, o peor aún, en la tumba. ¡La preocupación sale cara! La preocupación no nos permite crecer espiritualmente, y nos hace igualitas a las que no son creyentes en este mundo.

¿Cómo vamos a poder ser un buen testimonio a un mundo perdido y alentar a otros a que pongan su fe en Jesucristo, si nosotras mismas estamos dudando de Dios, y preocupándonos? ¡La preocupación es un pecado! ¡Así como la CODICIA es un pecado!

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Seamos sinceras. ¿Estamos contentas cuando Dios nos dice “NO” a lo que queremos, y “SI” a lo que necesitamos? No siempre. Si le pedimos que nos de un nuevo matrimonio, y El nos dice, “honra el que tienes,” no estamos contentas.

Si le pedimos que nos sane de una enfermedad, y El nos dice “que aprendamos del dolor,” no estamos contentas. Si le pedimos más plata, y El nos dice, “atesora lo espiritual,” no siempre estamos contentas.

Cuando Dios NO HACE LO QUE QUEREMOS, no es agradable. Nunca lo ha sido… y nunca lo será. Pero la fe es la convicción de que Dios conoce más de la vida que nosotras mismas, y nos ayudará a caminar a través de los momentos difíciles.

Una vez, cuando el Doctor Payson era joven, le escribió a una señora mayor, que estaba sumamente preocupada y agobiada por la condición de su hijo. El Doctor le dijo: “Mi querida señora, usted se está preocupando demasiado por su hijo.”

Una vez que ha orado por él, como ya lo hizo, y se lo ha encomendado a Dios, no debería seguir tan ansiosa. El mandato de Dios en Filipenses 4:6, “No se inquieten por nada” es un mandato ilimitado. Significa “Por nada.”

Y 1 Pedro 5:7 dice: “Depositen en El toda ansiedad, porque El cuida de ustedes.” ¿Cuánta ansiedad? Toda ansiedad. ¿Cuánto es toda? ¡TODA!

Y el Dr. Payson continúa: “En mi propia vida, yo chequeo mis oraciones de esta manera. Después de haberle entregado a Dios mi preocupación, si me retiro, como lo hizo Ana, sin más pena, dolor o ansiedad en mi corazón, veo que he orado la oración de fe.

Pero, si después de orar, sigo cargando con mi preocupación, concluyo que mi fe no ha sido usada.

Muchas de nosotras vivimos en un estado terrible de ansiedad, constantemente preocupadas por las cosas de la vida. ¿Qué de bueno hemos logrado en el pasado con preocuparnos? No nos ha hecho más fuertes… no nos ha ayudado a hacer la voluntad de Dios… y no nos a aliviado nuestra ansiedad o inquietud.

La preocupación solo destruye la eficacia de vidas humanas, que pudieran ser útiles y bellas.

Vivir intranquilas… teniendo preocupaciones y ansiedades están absolutamente prohibidas por nuestro Señor Jesucristo, que nos dice en este pasaje, “No se preocupen por su vida, qué comerán; ni por su cuerpo, con qué se vestirán.” ¡Esta es una orden! ¡Es un mandato del Señor!

PAUSA Esto no significa que no debemos pensar en el futuro, o que nuestra vida no tenga plan o norma. Simplemente significa que no debemos preocuparnos por estas cosas.

Corrie Ten Boom dijo una vez, “La preocupación no nos quita las penas del mañana. Simplemente nos quita las fuerzas para hoy”

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La verdad es que no puedes cambiar el pasado, pero malogras un bonito presente, preocupándote por el futuro.

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Yo me acuerdo cuando era joven, mi hermana siempre me decía que a mí nada me preocupaba. “A ti nada te importa, todo te resbala. Por eso no te salen arrugas.” Eso era cuando era más joven.

La realidad es que la preocupación nos hace vernos feas y arrugadas… distorsiona nuestros pensamientos, interrumpe nuestro trabajo, inquieta nuestra alma, y agita nuestro cuerpo. También destruye nuestras amistades, desmoraliza nuestra vida, derrota nuestra fe, y debilita nuestra energía.

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Se acuerdan en Mateo 8:23 cuando “Jesús sube a la barca con sus discípulos. Y de repente, se levanta en el lago una tormenta tan fuerte que las olas inundaban la barca.

Las olas eran tan tremendas que parecía que el bote iba a zozobrar. Los discípulos estaban aterrados. Pensaban que las olas los iban a tirar fuera de borda… que se ahogarían.

Pero en medio de la tormenta, un hombre dormía placidamente en la barca a un par de metros de ellos… Este hombre era Dios. ¡El mismísimo Jesucristo! El Príncipe de Paz.

Jesús, no solo demostró paz a través de todas las pruebas que pasó en esta tierra, sino que El también nos ofrece esa paz, si caminamos con El. El nos llevará de la mano a través de las tormentas y luchas de la vida.

Cuando los discípulos gritaban angustiados, ¡Sálvanos Señor que nos vamos a ahogar! Jesús les dice “Hombres de poca fe. ¿Por qué tienen tanto miedo?” Y con una simple orden le dice al viento y a las olas que se callaran. Y en ese momento, todo quedó completamente tranquilo… callado… y en paz. Lo increíble es que los discípulos se habían olvidado de un detalle importantísimo – se habían olvidado que Jesucristo estaba con ellos en el bote. Tener paz no significa que no van haber tormentas, ni luchas, ni problemas en tu vida.

Más bien, significa que tendrás una paz interior en medio de la tormenta. Es una paz que solo Cristo puede dar… una paz que sobrepasa todo entendimiento.

¿Quieres tener esa paz en tu vida? ¿Son tus problemas tan grandes que sientes, que como olas gigantescas, te van a tumbar? Recuerda que si Jesús está en tu bote, tú le puedes sonreír a la tormenta.

Jesús te dice: “No te preocupes. Confía en Mí. Yo estoy en control de todo.”

Y me encanta este dicho: “NO TE PREOCUPES DEL MAÑANA. RECUERDA QUE DIOS YA ESTA AHÍ.”

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¿Y qué está pasando en el mundo de hoy? En estos momentos de gran incertidumbre mundial – de la economía, el terrorismo, la pobreza -- debemos siempre recordar que nuestro Padre Celestial es el Creador del Universo.

El formó los cielos y la tierra de la nada, por el poder de Su Palabra. El es Rey de Reyes… el mismísimo Dios.

En Isaías 41:10 DIOS dice, “Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.”

Cuantas veces las hijas de Dios están preocupadas y angustiadas porque creen que sus oraciones no están siendo contestadas. Cuantas veces hemos visto a Dios obrar de una forma mucho más grande de lo que esperábamos.

Dios nunca toca el corazón, con una prueba, sin tener un regalo mayor en mente, o una bendición especial.

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También pienso que el antídoto a la PREOCUPACION es la GRATITUD. Hasta cierto punto, tu bienestar emocional, mental, físico, y espiritual, así como la salud y estabilidad de tus relaciones con otros, son determinadas, no por preocuparte, sino por la cantidad de veces que demuestras GRATITUD. Cultivar un corazón agradecido es una protección PARA NO CONVERTIRNOS en mujeres agrias y amargadas. Una hija de Dios agradecida, no puede ser otra cosa, que una mujer alegre, radiante, y llena de paz.

Si tú ves que el desaliento, la depresión, el miedo, la preocupación y la ansiedad, se están convirtiendo en tus mejores amigos, tal vez, lo atribuyas a las circunstancias difíciles que estás pasando.

Pero déjame decirte… que por muy difícil que sea tu situación, o la etapa de la vida que estás viviendo, tu estado de ánimo tiene más que ver, con la necesidad de de ser agradecida, que con tus circunstancias.

¿Cómo podríamos explicar, entonces, aquellos creyentes alrededor del mundo… desde los tiempos más antiguos a nuestro era moderna… que juntan a duras penas lo poco que tienen para sobrevivir? Y que están constantemente acosados por pruebas y tragedias, y sin embargo, tienen un gozo y una paz irreprimibles.

Así que en medio del desempleo, de lo volátil de la bolsa, los disturbios alrededor del mundo, el hambre, la enfermedad, y el conflicto… se ha vuelto, cada vez más común, que la gente tenga miedo, que esté preocupada… desalentada, hasta a veces de sentir, como si Dios hubiera abandonado este mundo.

Debemos de cultivar la disciplina espiritual de la Gratitud, si no queremos perder el paso en estos días.

Es impresionante la cantidad de veces que las Escrituras – especialmente en el libro de los Salmos – nos exhortan a dar gracias, a alabar a Dios, a cantarle al Señor. Especialmente si consideramos que muchos de estos pasajes fueron escritos por personas que se encontraban en situaciones angustiosas.

¡La GRATITUD es fundamental… nos transforma! Un espíritu agradecido por la bondad y gracia de Dios, impactará radicalmente “como ves y respondes” a todas las cosas que te pasan en la vida.

Un día la paloma le dice al gorrión, “No entiendo como es que estos seres humanos siempre andan apurados y preocupados por todo.” El gorrión le contesta, “Pienso que debe de ser que no tienen un Padre Celestial, como El que nos cuida a ti y a mí.”

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Yo nunca he visto una lápida que diga, “Se murió de preocupación.” Pero algunas lápidas deberían de decir eso. Cuántas enfermedades están directamente vinculadas con nuestras preocupaciones, nuestras ansiedades, tratando de tomar la responsabilidad que le corresponde solo a Dios.

Si realmente no puedes manejar una situación, ¿por qué tratas de manejarla? Y si no puedes cambiarla, ¿por qué te preocupas?

La gente sabrá que vives en un estado constante de ansiedad, por las arrugas de tu cara, por el tono de tu voz, por tu actitud negativa, y por la falta de alegría en tu espíritu. Así que no te preocupes… confía en Dios… se agradecida, Y tu perspectiva cambiará.

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¡AHORA BIEN! YA HEMOS VISTO QUE LA CODICIA Y LA PREOCUPACION SALEN CARAS. AHORA VEAMOS EL REMEDIO QUE JESUS NOS DA CONTRA LA CODICIA Y LA PREOCUPACION.

III. DIOS PRIMERO… SATISFACE (Lucas 12:31)

31 “Ustedes, por el contrario, busquen el reino de Dios, y estas cosas les serán añadidas.”

¡Se trata de Prioridades! Dios es primero. Busca el Reino de Dios primero. Y El se ocupará de todas las cosas que necesites… si lo pones a El primero. ¿Pero qué si tú no lo pones a El primero?

Te pasarás la vida tratando de tener más de esto… y más de aquello… y nunca estarás satisfecha. Buscar el Reino de Dios significa hacer a Jesús, Señor y Rey de tu vida. El debe controlar todos los aspectos de tu vida – tu trabajo, tu diversión, tus planes, y tus relaciones.

¿Hay algún aspecto de tu vida que Dios NO controla? Como tu Señor y Creador, El quiere proveer todo lo que necesites, lo mismo que guiarte a como usar lo que El te da.

Nuestro Padre nunca deja de pensar en nosotras, de planear por nosotras, de darnos… Nuestro Padre es el Dios Viviente… Es un Dios Generoso. El sabe lo que es bueno para nosotras, y quiere dárnoslo.

¿No nos ha dado Su Palabra? ¿No nos ha dado a Su Hijo? ¿A Su Espíritu Santo? ¿No nos ha dado Su salvación, completa y gratis? Nos ha dado todo lo que necesitamos para vivir una vida fiel y devota.

Romanos 8:32 dice, “El que no escatimó ni a Su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con El, todas las cosas?”

ASI QUE EN CONCLUSION: Pongamos nuestras prioridades en orden. Evitemos La Tiranía por Tener Cosas. Toda esta discusión comenzó por cosas, con un hombre irritado porque su hermano no quería compartir cosas. ¡Nuestra prioridad tiene que ser más elevada!

Debemos mirar al mundo con una perspectiva celestial, y asegurarnos de poner el Reino de Dios primero en todo. Ahora, la pregunta más importante es, “¿Donde está tu corazón en todo esto?

Si nuestros corazones están enfocados solo en las cosas pasajeras, siempre nos preocuparemos. ¡Y la preocupación sale cara! Pero si nos enfocamos en lo eterno, entonces la paz de Dios protegerá nuestros corazones y mentes.

►Cuando el dinero es visto “como un fin en sí,” nos atrapará… y nos separará de Dios y de los necesitados.

La clave para usar el dinero sabiamente ES DECIDIR CUANTO podemos usar para la obra de Dios, y NO CUANTO podemos acumular para nosotras mismas. ¡LA CODICIA SALE CARA!

¿Cómo usas tu tiempo… tu dinero… tu energía? ¿En que piensas más? ¿Qué necesitarías hacer para cambiar la manera como usas tus medios para reflejar mejor los valores del reino de Dios?

Y, además, a quien le va a gustar que DIOS la llame “NECIA.” ¿Entonces qué puedes hacer para que eso nunca pase?

Podrías ESCOGER LIMITES, EN VEZ DE LUJO, para que tu tesoro sea invertido en el cielo. Podrías CULTIVAR COMPASION, en vez de CODICIA. Y más que nada, podrías CONFIAR EN DIOS… EN VEZ DEL DINERO.

OREMOSLE AL SEÑOR