Juan 1:14 dice, Y la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros. El evangelio de Juan comienza con una declaración increíble. Dice… En el principio ya existía la Palabra. La Palabra estaba con Dios, y Dios mismo era la Palabra. CON ÉL… Y A LA VEZ SIENDO ÉL LA ESENCIA DE DIOS MISMO.

Las palabras expresan nuestros pensamientos íntimos, y nos ayudan a comunicar esos pensamientos a otros. De esta forma, las palabras revelan lo que no podemos ver. Asimismo, JESÚS ES LA PALABRA revelando a Aquel al que no podemos ver – es decir – ¡A DIOS MISMO!

Tanto los judíos como los gentiles valoraban el concepto de la “PALABRA”. Para los judíos “LA PALABRA” significaba el poder creativo y eterno de Dios. Su Palabra “ERA VIVA” porque ESTABA ACTIVA.

Sin embargo, el punto de vista de los griegos era ligeramente diferente. La palabra LOGOS, MUCHAS VECES TRADUCIDA COMO VERBO O PALABRA O MENSAJE implicaba que había orden en el mundo, porque este mundo estaba controlado por la mente de Dios.

Los griegos creían QUE ESTE LOGOS ERA EL PRINCIPIO RACIONAL que gobernaba todas las cosas, Y PREVENÍA EL CAOS TOTAL. El Salmo 33:6 dice, Con Su Palabra, el Señor hizo los cielos, todo lo creado lo hizo con un soplo de Su boca.

Sabemos por Juan, y el resto de la Escritura, QUE LA PALABRA ES JESÚS. Él es la sabiduría… Él es el LOGOS detrás de la creación.

Cuando Dios habló, todo fue creado. ¡Y ÉL HABLÓ A TRAVÉS DE JESÚS! Jesús fue esencial en la creación, ¡ÉL ES UNO CON DIOS! ¡ÉL ES LLAMADO LA PALABRA! Aunque este misterio puede plantear muchas preguntas… también nos dice mucho. Cuando Jesús vino, El no solo habló la verdad. ¡ÉL ERA LA VERDAD!

Y como Él es eterno, ¡SIGUE SIENDO LA VERDAD! Esto significa, QUE CUANDO LO ESCUCHAMOS, no solo estamos recibiendo palabras de sabiduría, O UN BUEN CONSEJO, sino hasta información con significado eterno. ¡LO ESTAMOS RECIBIENDO A ÉL!

No podemos separar lo que Él dice, ¡CON QUIEN ÉL ES! No podemos hablar acerca de Su naturaleza y de Su voz como si fueran dos entidades separadas. De alguna manera, A LO MEJOR MÍSTICA, cuando recibimos a Jesús por fe, Y NACEMOS DE NUEVO DE SU ESPÍRITU, nacemos de la Palabra.

La Verdad es implantada dentro de nosotras. A lo que crecemos, no solo aprendemos Sus palabras, ¡LAS ENCARNAMOS! A lo mejor, A ESO SE REFERÍA JESÚS CUANDO DIJO… QUE AQUELLOS QUE TENGAN OÍDOS, que oigan.

Él no hablaba acerca de recibir ondas de sonido, sino acerca de encarnar Su naturaleza, y Su Verdad. Su voz no viene de afuera, sino de Su Espíritu Santo, quien Él ha puesto en nosotras. A LO QUE ADOPTAMOS LA PALABRA… ¡PERSONIFICAMOS SUS PALABRAS!

Si miramos a la Palabra de Dios como una PERSONA, en vez de una comunicación verbal, obtenemos un retrato maravilloso del corazón de Dios. Así que, cuando la Palabra encarnada hizo Su hogar entre nosotros, ¿QUÉ ES LO QUE NOS DEMOSTRÓ? Ante todo, que Jesús era una expresión de amor. Él tuvo compasión, y curó a la gente que estaba sufriendo.

Él cultivó relacionas amistosas con Sus discípulos, --ENTRE ELLOS MISMOS – ¡Y CON DIOS! Y Él hizo el sacrificio máximo en favor de todos aquellos que creerían… DANDO SU VIDA PARA RESCATARNOS. ¡LA PALABRA PERSONIFICA EL AMOR! Si así es como la Palabra era en la carne, ASÍ TAMBIÉN SUENA, cuando Jesús nos habla hoy en día.

Sus palabras siempre son compatibles con las Escrituras, especialmente que son compatibles CON LA PERSONALIDAD Y PRESENCIA DE JESÚS EN LA TIERRA. No hay discordia entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. A lo largo del tiempo, tampoco habrá ningún cambio en la personalidad entre ellos.

La comunicación que recibimos de Dios, HOY EN DÍA, tendrá exactamente el mismo sabor, que el retrato que vemos en la Palabra encarnada. Las Palabras de Dios SE VERÁN Y SE SENTIRÁN como las de Jesús. ¡NUNCA TE OLVIDES DE ESTO!

¡MUCHA GENTE SE OLVIDA! PERCIBE A DIOS… a través de sus propias heridas y filtros -- emocionalmente distorsionados. Pero la Palabra sigue amando apasionadamente a Su gente, Y CUALQUIER PALABRA QUE NO EXPRESA ESE AMOR… ¡NO ES SUYA! Jesús sigue derramando SU AMOR COMPASIVO Y SACRIFICADO en nuestras vidas.

Y la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros. Pablo nos habla mucho acerca del poder de la Cruz, explicando que su mensaje tiene muy poco que ver con la sabiduría humana, Y MUCHO QUE VER CON EL PODER DEL ESPÍRITU SANTO, que viene del cielo.

Y nosotras vemos ese poder claramente en la encarnación – EN LA PALABRA HECHA CARNE – en el ministerio de Jesús, a lo que habitó entre nosotros. Sus obras excedieron los esfuerzos humanos de aquellos alrededor Suyo -- demostrando Su autoridad sobre las tormentas, las enfermedades, los demonios, y cualquier otro poder en la tierra.

La Palabra Encarnada FUE… Y ES… UN PODER MAYOR. Él es la expresión de Dios … ¡QUIEN ES SOBRE TODAS LAS COSAS!

¿QUÉ ES LO QUE SIGNIFICA CUANDO DIOS NOS HABLA? SI LA PALABRA -- ENTRE NOSOTROS -- ES PODER, entonces Sus palabras… A NOSOTRAS HOY EN DÍA … también tienen poder. ¡ÉL NO HA CAMBIADO! Él nunca ha hablado mensajes inútiles, ¡NI NUNCA LO HARÁ!

Sus palabras atraviesan el corazón, cambian vidas, confunden nuestra mejor lógica, y llevan a cabo Sus propósitos. Cuando estamos en situaciones desesperadas, todo lo que necesitamos es UNA PALABRA DE DIOS PARA QUE NOS LIBERE.

Cuando estamos cautivas por alguna actitud o situación, todo lo que necesitamos es una palabra de Dios para que nos libere. Eso es lo que realmente anhelamos cuando escuchamos a Dios. Necesitamos Su amor y Su sabiduría, ¡PERO LAS NECESITAMOS EXPRESADAS CON PODER!

¡PALABRAS DÉBILES NO NOS AYUDARÁN! Solo la fortaleza de Su autoridad puede cambiar nuestras vidas y nuestro mundo. Cuando invitamos a Dios a que nos hable, estamos invitando palabras impactantes. ¡JESÚS ES LA PALABRA DE VIDA! Él es nuestra única avenida de acceso A LA ETERNIDAD con el Dios que nos ama.

Sobre este punto de vista, la Biblia no da lugar para que haya malentendidos. 1 Juan 5:11-12 dice, El que tiene al Hijo, tiene la vida, EL QUE NO TIENE AL HIJO DE DIOS, no tiene la vida. ¡Y UN DÍA JESÚS REGRESARÁ “COMO DIOS” EN TODA GLORIA Y PODER!