Proverbios 20:1 dice, “Beber vino o bebidas embriagantes te lleva a blasfemar y a causar alborotos. No es de sabios errar por su culpa.”

La idea aquí es que el vino hace que hombres y mujeres se vuelvan burlones, sarcásticos y ofensivos. Y el trago fuerte, los convierte en matones y pleitistas. Tanto el vino como el trago fuerte, los llevan por el mal camino.

Cuando se trata del tema del alcohol, podemos poner a la gente que bebe, en una de estas tres categorías:

(1) Algunos creen, que beber socialmente para relajarse o entretenerse, está bien.

(2) Otros creen, como yo, que debemos abstenernos completamente del alcohol.

(3) Hay otros que tienen un problema serio con el alcohol. Beben para “escaparse” de la realidad de la vida. Toman para sentirse bien.

La Biblia enseña claramente que la borrachera – el abuso del alcohol – es pecado. Y pienso, de todo corazón, que la elección más sabia que podemos hacer, por el bien de nuestro futuro, es de abstenernos del alcohol. Estamos viviendo momentos muy difíciles en nuestra sociedad. Hoy, más que nunca, podemos ver más penas, más dolor, y más quebrantamiento.

Por eso necesitamos desesperadamente aplicar la sabiduría de Dios en cada área de nuestras vidas – en cada hábito, en cada deseo, y en cada lucha. Desgraciadamente, muchos cristianos tratan de aferrarse a hábitos viciosos, pensando, que porque lo hacen en privado, no le están haciendo daño a nadie.

Pero la verdad es que el alcohol destruye más vidas, más hogares, y más futuros, que ninguna otra droga.

Muchos estudios muestran que “UNA” de cada doce personas, que comienza a tomar bebidas alcohólicas, termina adicta, y su vida queda marcada para siempre por la adicción. La Biblia tiene una palabra para esta gente: insensatos.

Noten la advertencia que Jesús nos hace en Lucas 21:34: “Tengan cuidado de que su corazón no se cargue de glotonería y embriaguez, ni de las preocupaciones de esta vida, para que aquel día no les sobrevenga de repente.”

El Rey Salomón experimentó los efectos dañinos del alcohol, cuando escribió, en Proverbios 23:31-35, “No dejes que te atraiga lo rojo del vino; ¡que no te deslumbre su brillo en la copa! Suavemente se desliza por la garganta, 12 pero al final muerde, como serpiente. ¡Causa más dolor que una víbora!

33 Hará que tus ojos vean cosas extrañas, y que tu corazón diga cosas perversas. 34 Creerás estar dormido en medio del mar, o acostado en la punta del palo mayor, 35 y dirás: ‘Estoy herido, pero no me duele. Estoy molido, pero no lo siento ¿Cuándo voy a despertar, para ir por más?

Franca y enérgicamente, Salomón ofrece un retrato de lo que pasa cuando el alcohol nos guía por el mal camino. Pero, ¡todavía luchamos por abstenernos de él! Podemos caer presa de campañas publicitarias, diseñadas a convencernos específicamente de que el trago, de alguna forma, nos dará la vida que deseamos.

La verdad es que el alcohol nos aleja de la sabiduría, que tan desesperadamente, necesitamos en esta vida. Como discípulo de Jesús, el peligro más grande del uso de bebidas alcohólicas se encuentra en las consecuencias emocionales y espirituales, que lo acompañan.

Miremos primero a las Consecuencias Emocionales – El alcohol causa dolor y aflicción. Causa conflicto y discordia. El alcohol despierta la agresividad, la ira, y la corrupción. En este pasaje vemos, que el alcohol causa ojos rojos, y pensamientos perversos. Pueden guiar a la depresión, a la ansiedad, a la destrucción propia, y a una cantidad de problemas emocionales.

Cuando yo era joven, pude ver lo que el consumo de alcohol le hizo a mi hermano. Destruyó su vida… su hogar… su carrera, y terminó muriendo muy joven. La gente toma para pasarla bien. Pero la vida abundante no se puede encontrar en una copa. No hay substituto para la vida de gozo que se encuentra SOLO EN CRISTO.

Y Segundo, miremos las Consecuencias Espirituales – Es increíble, lo que el alcohol, le puede hacer al testimonio de una persona, a su vida, y a su legado. Padres y madres, las decisiones que ustedes tomen, con respecto al alcohol, afectará directamente lo que sus hijos hagan.

Jóvenes y adolescentes, ustedes no se darán cuenta, PERO SUS AMIGOS Y SUS HERMANOS MENORES están observando las elecciones que ustedes toman. Por eso, les pido que tomen una buena decisión, CON RESPECTO AL TRAGO, POR EL BIEN DE SUS AMIGOS, su familia, y su iglesia.

Por eso Jesús les dijo a Sus discípulos, “Es imposible que no vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel por quien vengan! 2 Más le valdría que le colgaran al cuello una piedra de molino, y que lo arrojaran al mar, que servir de tropiezo a uno solo de estos pequeñitos.”

Así mismo, TOMEN LA DECISIÓN DE NO BEBER, por el bien de todos aquellos, que no conocen a Jesucristo. Esta importante elección espiritual de DISCIPLINA EN VEZ DE DESENFRENO DE ALCOHOL, no es tanto acerca de reglas y restricciones legalistas, SINO MÁS BIEN, acerca de seguir los principios bíblicos, que te ayudarán a triunfar en la vida.

¡SI! El alcohol es peligroso, destructivo y adictivo. Pero hay esperanza para todos los que quieren liberarse: JESUS ESTÁ LISTO PARA CURARNOS DE HÁBITOS PELIGROSOS.

Desgraciadamente, mucha gente dice, “Yo quiero dejar de tomar, pero no creo que estoy listo para dejar el trago.” Ellos todavía tienen la ilusa creencia de que el alcohol está llenando sus vidas. ¡PERO NO! ¡SOLO JESUS PUEDE LLENAR SUS VIDAS!

El Salmo 84:11 nos hace una promesa. “Tú, Dios y Señor, eres sol y escudo. Tú, Señor, otorgas bondad y gloria a los que siguen el camino recto, y no les niegas ningún bien.” Así que la pregunta aquí, con respecto al alcohol, es: “¿Que gran bien estás buscando, que el vino o la cerveza, te haga?

No nos olvidemos, que las cosas verdaderamente buenas, vienen de nuestro Señor, y de Su mano solamente. Sométele tu vida entera a Jesús. Dale cada uno de tus pensamientos, actitudes, acciones, y hábitos. Y luego, mira como Jesús transformará tu vida para que seas un reflejo de Sí mismo.