Ester 5 -6

ABRAN SU BIBLA AL LIBRO DE ESTER - CAPITULO 5

OREMOS LE AL SEÑOR

Padre, gracias por darnos el libro de Ester para que veamos qué Tú puedes usar hasta una muchachita para honrar Tu nombre y preservar a tu pueblo. La historia de Ester es un ejemplo, que nos hace desear ser mujeres de valentía y dignidad.

Padre, gracias por tu providencia. Tú diriges nuestras vidas. Úsanos Señor, como tus instrumentos para traer a muchos a tu Reino. Háblanos al corazón, a través de tu Espíritu Santo. Cámbianos. Haznos fuertes. En el nombre de Jesús. Amen.

¿Alguna vez has visto una película o una obra de teatro que te emociona hasta lo más profundo de tu ser? La historia tiene aventura… suspenso, valentía, esperanza, hasta un toque de humor, y sobretodo, que toma un giro totalmente inesperado. El libro de Ester es precisamente esta historia.

¿Te imaginas oír en este momento las palabras de Mardoqueo resonando con pasión:

“¡Quién sabe si no has llegado al trono precisamente para un momento como éste!” (4:14) Entonces con una valentía increíble, Ester contesta: “Me presentaré ante el rey, por más que vaya en contra de la ley. ¡Y si perezco, que pereza!” Ester es una mujer con “agallas.” Valiente. Es una mujer de fortaleza y dignidad.

Entre el capítulo 4 y 5 hay una pausa importante de ayuno y oración, buscando fortaleza en el Señor. Durante este período de espera, Dios no solo trabaja en nuestros corazones, sino que también trabaja en los corazones de los demás.

Isaías 40:31 dice: “Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas; correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.”

Así que ahora reanudamos la historia tres días más tarde, cuando Ester se está preparando para entrar a la presencia del rey, sin saber lo que el futuro le depararía.¡ Qué fácil es para nosotras creer que Ester había nacido con la conciencia de una Madre Teresa y la valentía de una Juana de Arco!

Pero así como nadie nace con prejuicios, tampoco nadie nace siendo valiente. ¿Tú le estás enseñando a tus hijos a dar la cara por lo que creen? ¿Estás enseñándoles a tus nietos a ser personas de carácter… pase lo que pase? ¿Estás siendo tú un ejemplo de fortaleza, valentía y dignidad?

Ester no viene al mundo con una conciencia sensible, y un corazón valiente, sino que lo aprende de su primo, Mardoqueo, quien se convierte en su mentor y padre adoptivo.

EL TITULO DE ESTE MENSAJE ES: ESTER – UNA MUJER DE VALENTIA ASI QUE COMENCEMOS CON EL VV 1 DE ESTER 5

(5:1-5) Aconteció que al tercer día se vistió Ester su vestido real, y entró en el patio interior de la casa del rey, enfrente del aposento del rey; y estaba el rey sentado en su trono en el aposento real, enfrente de la puerta del aposento.

2 Y cuando vio a la reina Ester que estaba en el patio, ella obtuvo gracia ante sus ojos; y el rey extendió a Ester el cetro de oro que tenía en la mano. Entonces vino Ester y tocó la punta del cetro. 3 Dijo el rey: ¿Qué tienes, reina Ester, y cuál es tu petición? Hasta la mitad del reino se te dará.

Ningún rey ha intimidado a Dios jamás, no importa las riquezas que tenga, cuan inmenso sea su reino, o el poder de sus ejércitos. Proverbios 21:1 dice: “En las manos del Señor el corazón del rey es como un río; sigue el curso que el Señor le ha trazado.”

Él puede encargarse de la situación más difícil, porque en la mano del Señor, cualquier corazón se vuelve como agua. Por eso, Ester tenía esa confianza. Ella estaba tranquila porque confiaba en el Señor.

Cuando el rey ve a Ester de pie en el patio, ella obtiene gracia ante sus ojos y le extiende su cetro de oro. Sin ese gesto del rey, ella hubiera sido condenada a muerte. Pero ahora, confiada, toca la punta del cetro, conectándose así con el rey.

(3) Dijo el rey: ¿Qué tienes, reina Ester, y cuál es tu petición? Hasta la mitad del reino se te dará. 4 Y Ester dijo: Si place al rey, vengan hoy el rey y Amán al banquete que he preparado para el rey.

El rey no solo la recibe con un gesto amable, sino que le ofrece hasta el oro y el moro. ¡Lo que Ester pidiera sería suyo! ¿Por qué Ester no le dice al rey inmediatamente acerca del plan del malvado de Amán? Por varias razones:

Primero. Porque no era el momento adecuado. El rey no estaba preparado para recibir la noticia que su Oficial No. 1 era un criminal. En medio de los deberes del reino, Asuero podría haber considerado su acusación como un acto de traición.

Segundo. Tampoco era el lugar adecuado para interceder. Seguro que habría muchos oficiales atendiendo al rey en el salón del trono, y hubiera sido una violación al protocolo de palacio, si la reina hubiera hecho su petición públicamente.

Tercero. Ester quería que Amán, y solo Amán, estuviera presente cuando ella le dijera al rey acerca del complot de su primer ministro. Con su intuición femenina, ella confiaba que Amán, al verse atrapado desprevenidamente, de alguna forma admitiera su culpa, e hiciera algún disparate que pondría al rey furioso.

Cuarto. Había otra razón, de la cual Ester no sabía nada todavía. Tenía que suceder un evento más antes de que ella pudiera compartir su dolor con el rey, y ese evento sucedería esa misma noche.

El rey iba a descubrir que no había recompensado a Mardoqueo por salvarle la vida cinco años atrás. Y por consiguiente, iba a rectificar ese error inmediatamente.

El honraría a Mardoqueo, y sin saberlo, humillaría a Amán también. Esa experiencia ayudaría a preparar al rey para escuchar la petición de Ester.

5 Respondió el rey: Daos prisa, llamad a Amán, para hacer lo que Ester ha dicho. Vino, pues, el rey con Amán al banquete que Ester dispuso.

Como Dios contesta las oraciones de su pueblo, Dios estaba obrando en el corazón del rey, para que no solo cooperara completamente con su reina, sino también, para que Amán cooperara.

Esa es la maravilla de la providencia de Dios. El rey podía gobernar el reino de Persia, y Amán podía firmar los edictos con el sello oficial del rey, pero ES EL SEÑOR quien está en control de la situación.

Ester planea este banquete porque confiaba en que Dios iba a hacer lo inesperado. ¿Estás abierta TU a lo inesperado? ¿Estás esperando realmente que el Señor haga Su voluntad en tu vida? ¿Quién iba adivinar el plan que Dios tenía para Ester?

A pesar de que Ester no le había dicho al rey lo que la preocupaba, estoy segura que él sospecharía que algo no andaba bien. Ella jamás se hubiera atrevido a presentarse ante él, a menos que tuviera una buena razón.

(6-9ª) Y dijo el rey a Ester en el banquete, mientras bebían vino: ¿Cuál es tu petición, y te será otorgada? ¿Cuál es tu demanda? Aunque sea la mitad del reino, te será concedida. 7 Entonces respondió Ester y dijo: Mi petición y mi demanda es esta:

8 Si he hallado gracia ante los ojos del rey, y si place al rey otorgar mi petición y conceder mi demanda, que venga el rey con Amán a otro banquete que les prepararé; y mañana haré conforme a lo que el rey ha mandado. 9 Y salió Amán aquel día contento y alegre de corazón.

¡Qué tal honor para Amán el poder asistir a un banquete especial con el rey y la reina, y nada menos, que en el departamento privado de la reina. Mientras Amán comía y bebía con el rey Asuero y Ester, su confianza en sí mismo aumenta.

Cuando el rey le pide a Ester que hiciera su petición delante de Amán, esto hace que el primer ministro se pusiera como un “pavo,” porque el rey y la reina estaban hablando de un asunto privado en su presencia. Amán no solo era el confidente del rey, sino que ahora también estaba compartiendo las preocupaciones personales de la reina.

En el banquete vemos dos evidencias más de la soberanía de Dios. La primera evidencia es que el Señor hace que Ester se reprimiera, y que no le dijera al rey la verdad acerca de Amán. Que esperara al momento preciso.

El Señor estaba obrando en su vida, y dirigiendo lo que ella decía, aun cuando ella no se diera cuenta. Dios estaba retardando el “gran descubrimiento” hasta que el rey hubiera honrado a Mardoqueo.

En la segunda evidencia, vemos la soberanía de Dios obrando en la forma como el rey acepta esperar al segundo banquete. Monarcas, como el rey Asuero, no estaban acostumbrados a esperar.

Como dice Proverbios 16:1 “El hombre propone y Dios dispone.” Y Proverbios 19:21 dice, “El corazón humano genera muchos proyectos, pero al final, prevalecen los designios del Señor.” Cualquiera que hubieran sido los planes del rey Asuero para el día siguiente, serían cancelados para poder asistir al segundo banquete de la reina.

El hecho de que Ester invitara a Amán al segundo banquete hace que su confianza aumentara aún más. Y eso es exactamente lo que Ester quería. Cuanto más seguridad su enemigo tuviera, más rápida sería su caída.

Proverbios 28:26 dice, “Necio es el que confía en sí mismo; él que actúa con sabiduría se pone a salvo.”

Otro hombre, que se me viene a la mente, cuya falsa seguridad lo lleva a la muerte. es Judas Iscariote, uno de los apóstoles de Cristo, que resulta no ser un verdadero creyente, sino un traidor y un ladrón.

A pesar de que en el Aposento Alto, Judas estaba sentado a la mesa en un lugar de honor, ninguno de los otros discípulos podía ver lo que había en su corazón. Pero Jesús SI SABIA quién era Judas… y lo que haría. Sin embargo, no les dice nada a Sus discípulos. ¡Jesús hasta le lava los pies!

( 5:9-12) Cuando vio a Mardoqueo a la puerta del palacio del rey, que no se levantaba ni se movía de su lugar, se llenó de ira contra Mardoqueo. 10 Pero se refrenó Amán y vino a su casa, y mandó llamar a sus amigos y a Zeres su mujer.

11 y les refirió Amán la gloria de sus riquezas, y la multitud de sus hijos, y todas las cosas con que el rey le había engrandecido, y con que le había honrado sobre los príncipes y siervos del rey.

12 Y añadió Amán: También la reina Ester a ninguno hizo venir con el rey al banquete que ella dispuso, sino a mí; y también para mañana estoy convidado por ella con el rey.

Amán sale de palacio y regresa a su casa con el corazón contento. Amán comienza hacer alarde de todo lo que tenía… de su dinero… su posición… sus hijos. Todo era yo, yo, yo.

Proverbios 16:18 dice, “Al orgullo le sigue la destrucción; a la altanería el fracaso.” Y Proverbios 29:23 dice, “El Altivo será humillado, pero el humilde será enaltecido.”

¿Haces tú alardes de tu posición… de tu dinero…de tu familia o de cualquier otra cosa? 1 de Corintios 4:7 dice, ¿Qué tienes que no hayas recibido? ¿Y si lo recibiste por qué presumes como si no te lo hubieran dado? ¿De qué se puede vanagloriar un pecador?

El orgullo es la esencia misma del pecado. Tal vez esa es la razón por la cual el orgullo es No. 1 en la lista de las cosas que Dios detesta. Es el orgullo que hace que Lucifer (su nombre significaba La Estrella de la Mañana) se convirtiera en Satanás. Porque dice: “Seré como el Altísimo.

(13-14) Pero todo esto de nada me sirve cada vez que veo al judío Mardoqueo sentado a la puerta del rey. 14 Y le dijo Zeres su mujer y todos sus amigos: Hagan una horca de cincuenta codos de altura, y mañana di al rey que cuelguen a Mardoqueo en ella; y entra alegre con el rey al banquete. Y agradó esto a los ojos de Amán, e hizo preparar la horca.

Amán no solo era orgulloso, sino que también lo consumía la malicia. Cuando Amán deja el apartamento de la reina, se sentía como en las nubes de felicidad, pero cuando ve a Mardoqueo sentado en la puerta real, eso lo hace volver a la realidad. La rabia que le da verlo..

En el pasado, Mardoqueo no había querido rendirle homenaje; pero ahora, ni siquiera se pone de pie ante su presencia. Es importante recordar, que cuando el presidente de una nación entra al salón, todos se deben de poner de pie.

Cuando un juez entra a la corte, todos tienen que ponerse de pie y permanecer “de pie” hasta que el juez se sienta. No importa si no nos gusta el presidente o el juez. Ese no es el punto.

Todos debemos respetar el cargo que ocupan. Amán estaba furioso con Mardoqueo. Su odio contra los judíos, en general, y contra Mardoqueo en particular, habían envenenado su alma.

La malicia es un odio tan profundamente arraigado que nos hace sentir placer cuando nuestro enemigo sufre, y nos hace sentir dolor, cuando éste tiene éxito. La malicia no puede perdonar, siempre quiere vengarse.

Cuando yo me acordaba de la forma, tan miserable, como mis socios me habían estafado, y a pesar de que decía que los había perdonado, todavía había malicia en mi corazón porque siempre tenía la esperanza de que algún día Dios los castigaría por lo que me habían hecho, y que el negocio que me robaron, fracasaría.

Pero Jesús puede cambiar hasta el corazón más malicioso… si se lo dejamos que obre en nosotras. Ya han pasado casi veinte años de esto.

H

ace unos años, por primera vez después de mucho tiempo, mi ex=socia me llamó por teléfono y me contó de los problemas tan terribles que estaba teniendo con su esposo, quien había sido mi otro socio en el negocio.

Ella estaba genuinamente sorprendida y desilucionada, que él le hubiera hecho a ella lo mismo que me había hecho a mí años antes. Ese podía haber sido mi momento de triunfo… de victoria, pero no lo fue. Tuve pena por ella…

Dios puso compasión en mi corazón. No solo eso, sino que me permitió compartir con ella el amor de Cristo… y lo que Él estaba haciendo en mi vida… y lo que Él podía hacer en la suya, si se entregaba a Él.

La gente podrá encubrir sus actividades deshonrosas, pero eventualmente la verdad sale, y todo el mundo se entera de lo que ha pasado. Y el culpable descubre que el mal que les ha hecho a otros, realmente se lo ha hecho a sí mismo.

El Salmo 7:14-16 dice, “Miren al preñado de maldad: Concibió iniquidad y parirá mentira. 15 Cavó una fosa y la ahondó, y en esa misma fosa caerá.

16 Su iniquidad se volverá contra él; su violencia recaerá sobre su cabeza. Por otro lado, Colosenses 3:8 dice: “Abandonen todo enojo, ira, malicia, y calumnia…

Si una persona quiere destruirse así misma, la forma más rápida de hacerlo es siendo como Amán, y cultivando un espíritu malicioso… un espíritu perverso. Por su odio hacia los judíos, Amán había infectado a su esposa y a sus amigos. Estos le aconsejan a que le pidiera permiso al rey para colgar a Mardoqueo.

Un hombre con la autoridad de Amán podía inventar cualquier cargo, ya que el rey no se iba a tomar la molestia de investigarlo. Claro, que esto era antes de que el rey se enterara de que Mardoqueo le había salvado la vida. Ahora podemos entender mejor, el por qué, de la demora de Ester en hacerle su petición al rey.

Como Amán no quería perder el tiempo, ordena que construyan inmediatamente una horca de 25 metros de altura. El plan de Amán era obvio. Él quería usar la ejecución de Mardoqueo para intimidar a los judíos – para que supieran que el rey hablaba bien en serio cuando decreta la exterminación de los judíos.

La ejecución de un judío prominente, como Mardoqueo, paralizaría la voluntad de los judíos en el imperio. Sin embargo, esa horca terminaría siendo el instrumento de ejecutaría del mismo Amán.

Proverbios 5:21-23 dice: “Nuestros caminos están a la vista del SEÑOR; El examina todas nuestras sendas. 22 Al malvado lo atrapan sus malas obras; las cuerdas de su pecado lo aprisionan. 23 Morirá por su falta de disciplina; perecerá por su gran insensatez.”

Y ESTO NOS LLEVA AL CAPITULO 6 DE ESTER

(6:1-5) Aquella misma noche se le fue el sueño al rey, y dijo que le trajesen el libro de las memorias y crónicas, y que las leyeran en su presencia. 2 Entonces hallaron escrito que Mardoqueo había denunciado el complot de Bigtán y de Teres, dos eunucos del rey, de la guardia de la puerta, que habían procurado poner mano en el rey Asuero. 3 Y dijo el rey:

¿Qué honra o qué distinción se hizo a Mardoqueo por esto? Y respondieron los servidores del rey, sus oficiales: Nada se ha hecho con él. 4 Entonces dijo el rey:

¿Quién está en el patio? Y Amán había venido al patio exterior de la casa real, para hablarle al rey para que hiciese colgar a Mardoqueo en la horca que él le tenía preparada. 5 Y los servidores del rey le respondieron: He aquí Amán está en el patio. Y el rey dijo: Que entre.

Nuevamente podemos ver la mano soberana de Dios trabajando en la vida del rey Asuero. Dios estaba llevando a cabo Sus propósitos. En este pasaje podemos ver 5 evidencias de la providencia de Dios.

Primero. El rey tiene Insomnio. Salomón escribe en Eclesiastés 5:12, “El trabajador duerme tranquilo, coma mucho o coma poco. Al rico sus muchas riquezas no lo dejan dormir.”

¿Serían las “preocupaciones de estado” las que no dejaban al rey dormir? ¿Estaría preocupado por sus finanzas? ¿Habría comido o bebido mucho durante el banquete con la reina? Estaría perplejo por la misteriosa petición de la reina?

Algunas de estas preocupaciones podrían haber influido en el insomnio del rey, pero detrás de ellos, estaba la mano soberana del Dios, que cuida de Su pueblo y nunca se duerme ni se adormece.

Dios quería que el rey se quedara despierto porque Él tenía algo que decirle. Cuando nosotros dormimos, nuestro Padre Celestial está obrando para que nuestro nuevo día sea exactamente como Él quiere.

Lamentaciones 3:22-23 dice, “El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es Su fidelidad!”

Segundo. El Rey Decide como Entretenerse. El rey Asuero tenía a su disposición muchas formas de entretenimiento. Podía haber llamado a una de sus concubinas del harem. O él y sus guardias podían haber jugado algún juego; o podía haber llamado al trovador de palacio para que le cantara una balada. ¡Pero no! El pide que le lean un libro.

Tercero. El Oficial del Rey Escoge el Libro. Dios dirige al rey Asuero a que preguntara por las crónicas, para que se las leyeran (ESO PONE A DORMIR A CUALQUIERA).

Dios dirige al ayudante a que sacara el mismísimo libro donde habían escrito el servicio de gran valor que Mardoqueo había hecho por al rey, CINCO AÑOS ANTES. Definitivamente que habrían otros volúmenes a mano… PERO ES ESE el que su sirviente trae. ¡Nuestro Dios es el maravilloso Dios de la providencia!

Cuarto. La Demora del Rey en Premiar a Mardoqueo. Este es el punto clave. Si Mardoqueo hubiera sido honrado hacía cinco años, los eventos de este día crítico, no hubieran sucedido.

Los premios y los castigos eran básicos en el sistema persa para mantener la lealtad del pueblo, y era raro que un servicio meritorio no se hubiera premiado. ¿Pero cómo es que la buena acción de Mardoqueo fuera escrita en las crónicas,, pero olvidada? No lo sabemos.

Lo que sí sabemos es que Dios estaba a cargo de la situación, y ya había seleccionado el día en que Mardoqueo sería honrado. ¿Está Dios a cargo del tiempo y de los horarios? ¡Por supuesto que lo está!

Cuando José, el hijo de Jacob, se hace amigo del mayordomo del faraón en la prisión, y le pide que lo ayudara a salir de la cárcel,

José tiene que esperar 2 años más hasta que fuera el momento oportuno, escogido por Dios, para su salida. Y poderse convertir, en aquel preciso momento, en el primer ministro de Egipto.

Dios decidió, el día exacto, en que los judíos saldrían de Egipto. Y hasta el nacimiento de Jesús ocurre en el día exacto que Dios había designado. Por eso Gálatas 4:4 dice: “Pero cuando se cumplió el plazo, Dios envió a Su hijo.”

Y Quinto. La llegada tan Oportuna de Amán. Es posible que Amán se hubiera pasado la noche entera levantado supervisando la construcción de la horca que tenía planeada para Mardoqueo.

Era bien temprano por la mañana, pero Amán quería ver al rey, lo antes posible para conseguir el permiso para la ejecución de Mardoqueo. ¡Ahora sí que los judíos temblarían!

¿Imagínense si Amán hubiera llegado dos horas más tarde?

El rey hubiera consultado con otros consejeros, y él se hubiera perdido “el honor” de homenajear a Mardoqueo. Dios quería que Amán se pasara el día honrando a Mardoqueo, en vez de estar contemplando, con satisfacción perversa, al cuerpo colgando de la horca.

Cuando reflexionamos acerca de las evidencias de la providencia de Dios, no nos queda de otra que ponernos de rodillas ante Dios… de alabarlo… y de darle gracias por ser el gran Dios que es.

Hace unos años, un grupo de señoras de mi iglesia, y yo, nos fuimos a Juárez, México, en un viaje misionero corto. A pesar de que íbamos a evangelizar en las calles de Juárez, nuestro ministerio principal en ese viaje, era el de visitar un orfanato. Yo había colectado ropa para los niñitos del orfanato, entre mis amigas.

Tenía un maletón repleto de ropa para ellos. Me imaginaba la cara de felicidad de estos pequeñitos cuando vieran toda esa ropa. Además, les había comprado juguetitos, lápices de colores, y un sin fin de libritos de pintar.

Cuando llegamos a la frontera, nos pararon. Les dimos todo el rollo de que éramos de una iglesia de Albuquerque, que éramos buena gente… Pero ellos dijeron que tenían que revisar todo nuestro equipaje… uno por uno… porque habían estado encontrando mucho contrabando.

Todas nos pusimos a orar, especialmente yo, porque yo era la portadora de esa maleta llena de cosas para niños; y para remate, no había ningún niño con nosotras en las camionetas en que íbamos.

Como no nos dejaron bajar de las camionetas, nosotras observábamos todo este procedimiento mirando por las ventanas. Bajaron nuestras maletas, y una a una las fueron abriendo y revisando, mientras que le hacían montones de preguntas a nuestro líder.

Cuando llegaron a la maleta que yo llevaba para los niños, yo estaba temblando y orando. En eso, en medio de la oscuridad de la noche, mientras que el oficial comenzaba a abrir mi maleta, un carro, viejo y destartalado salió de “no sé de donde” tocando la bocina… haciendo un escándalo… no paraba…

Todas volteamos para ver quien estaba haciendo todo ese ruido, y el oficial, que comenzaba a abrir mi maleta, también se volteó. Y cuando el alboroto pasó, el oficial vuelve a sus labores, pero ya no se acordaba en que maleta se había quedado, así que se saltó la mía.

¿No es Dios misericordioso? El protegió mi equipaje porque Él tenía un propósito para esa maleta. Él quería bendecir a Sus huerfanitos. ¡La providencia de Dios es increíble!

(6-11) Entró, pues, Amán, y el rey le dijo: ¿Qué se hará al hombre cuya honra desea el rey? Y dijo Amán en su corazón: ¿A quién deseará el rey honrar más que a mí? 7 Y respondió Amán al rey: Para el varón cuya honra desea el rey,

8 traigan el vestido real de que el rey se viste, y el caballo en que el rey cabalga, y la corona real que está puesta en su cabeza; 9 y den el vestido y el caballo en mano de alguno de los príncipes más nobles del rey, y vistan a aquel varón cuya honra desea el rey, y llévenlo en el

caballo por la plaza de la ciudad, y pregonen delante de él: Así se hará al varón cuya honra desea el rey.

10 Entonces el rey dijo a Amán: Date prisa, toma el vestido y el caballo, como tú has dicho, y hazlo así con el judío Mardoqueo, que se sienta a la puerta real; no omitas nada de todo lo que has dicho. 11 Y Amán tomó el vestido y el caballo, y vistió a Mardoqueo, y lo condujo a caballo por la plaza de la ciudad, e hizo pregonar delante de él: Así se hará al varón cuya honra desea el rey.

Una cosa es entrar al salón del trono, y otra cosa, es ser invitado a la recámara privada del rey. Este nuevo honor hace que el orgullo y la confianza de Amán aumentaran aún más. Él pensaba que estaba en control de toda la situación, y que la suerte de Mardoqueo quedaría sellada ese mismo día.

Y cuando el rey le pide consejo acerca de este asunto personal, esto lo infla aún más. La pregunta del rey era medio vaga, y no identifica a la persona, a quien quería honrar. En su orgullo, Amán deduce que el rey estaba hablando de él. Después de todo, ¿qué otro hombre en el imperio merecería ser reconocido por el rey?

¡Y de pensar como lo había insultado Mardoqueo, su venganza sería doble! Mardoqueo vería primero que Amán era honrado por el rey, y luego, colgaría de la horca. Y el momento cumbre llegaría, cuando al final del día, Amán estaría cenando tranquilamente con el rey y la reina.

Lo que Amán no sabía era, que antes de que cayera el sol, la situación terminaría totalmente al revés. Amán tendría que honrar a Mardoqueo delante de la gente de la ciudad; el banquete de Ester terminaría con la revelación de que Amán era un traidor; y por último, que Amán, no Mardoqueo, terminaría en la horca.

Proverbios 11:8 dice, “El justo se salva de la calamidad, pero la desgracia le sobreviene al malvado.” ¡Pensando que el rey estaba describiendo los honores, que él mismo iba a recibir, ¡Amán pide lo mejor!

Noten que en este pasaje el rey llama a Mardoqueo “judío.” ¿No tienen la impresión de que el rey se había olvidado completamente de que había aprobado el decreto que destruiría a los judíos? Se imaginan la reacción de Amán cuando el rey le dice que hiciera todo eso ¿por Mardoqueo?

¿Demostraría Amán su sorpresa abiertamente? Probablemente que no, porque UNO no podía expresarse abiertamente delante de un monarca oriental. La duplicidad de Amán lo había llevado a ser el primer ministro del reino. Así que, una vez más, se inclina ante el rey, y obedece la orden.

(12) Después de esto Mardoqueo volvió a la puerta real, y Amán se dio prisa para irse a su casa, apesadumbrado y cubierta su cabeza.

¿Cómo le afecta a Mardoqueo todo este espectáculo y prominencia? Cuando todo termina, Mardoqueo simplemente regresa a su puesto a la puerta real. Los aplausos no cambian a la persona que es realmente humilde. Dios derrama Sus bendiciones sobre los humildes, porque ellos no buscan su propia gloria, sino la del Señor.

(13-14) Contó luego Amán a Zeres su mujer y a todos sus amigos, todo lo que le había acontecido. Entonces le dijeron sus sabios, y Zeres su mujer: Si de la descendencia de los judíos es ese Mardoqueo delante de quien has comenzado a caer, no lo vencerás, sino que caerás por cierto delante de él.

14 Aún estaban ellos hablando con él, cuando los eunucos del rey llegaron apresurados, para llevar a Amán al banquete que Ester había dispuesto. ¡Que tal contraste entre la reunión que Amán tiene con su familia el día anterior, y la de esta noche!

Los persas eran gente muy supersticiosa, y los consejeros de Amán podían ver, a través de los acontecimientos de aquel día, que había “mal augurio” en el futuro de Amán. Capaz, estaban familiarizados con el pacto que Dios había hecho con Abraham, o simplemente

conocían la historia de los judíos. De cualquier forma, ellos ven que Amán se estaba cayendo de su lugar de prominencia.

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Y YA PARA CONCLUIR. Durante el segundo banquete, el rey le pregunta otra vez a Ester cuál era su deseo. Ella le dice que alguien había planeado destruirla y destruir a su pueblo. ¡Y que ese alquien era el malvado de Amán! El rey sentencia a Amán a morir en la misma horca, que éste había hecho construir, para ahorcar a Mardoqueo.

Nuestra primera reacción a la historia de Amán, es de decir: “¡Bien hecho! ¡Recibió su merecido!” Pero ponte a pensar, ¿Cuánto de Amán hay en ti?¿Cuánto de Amán hay en mí?

¿Quieres siempre controlar a otros? ¿Te sientes amenazada cuando otros no te aprecian como debieran? ¿Te quieres vengar cuando tu orgullo es atacado?

OREMOSLE AL SEÑOR

Padre, Tú tenías un plan para la historia de Ester. Y Tú tienes un plan para cada una de nuestras vidas. Ester nace en un momento específico en la historia. Nosotras no decidimos el momento ni el lugar de nuestro nacimiento, ni de nuestra nacionalidad.

Padre, en esta historia vemos que el orgullo y la malicia llevan a un hombre a su muerte. ¡Hay tanto de Amán en nosotras! Ayúdanos a ser humildes, bondadosas y perdonadoras. Ayúdanos a no ser mujeres controladoras.

Señor, Tú llevaste a Ester al reino persa para hacer Tu obra, y Tú nos llevas a tu Reino para hacer Tu obra. Tú nos has salvado y nos has traído a Tu Reino “precisamente para un momento como éste.”

Danos las fuerzas y las agallas para mantenernos firmes, aun cuando nos encontremos solas en esa decisión. Danos valor, sin importar el precio que tengamos que pagar. Danos valentía para decir, como Ester, “¡Si perezco, que perezca!” En el nombre de Jesús, Amén.